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Quisiera que mi cabeza fuera un manantial
    y mis ojos se convirtieran en una fuente de lágrimas.
Así podría llorar día y noche
    por todos los muertos de mi pueblo.

¡Ojalá tuviera una choza en el desierto,
    para abandonar a mi pueblo y alejarme de él!
Todos ellos han sido infieles,
    son un pueblo de traidores.

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